INTELIGENCIA SOCIAL




lunes, 25 de octubre de 2010

La discriminación en la obesidad



En diversas fuentes de Internet se define a la discriminación como un tipo de discapacidad.
Estos datos nos dicen que el trato a estos tipos de personas puede ser diferente tanto negativo como positivo.
Si tratamos de una forma negativa, decimos que estamos rechazando a su persona, por ser diferente, “por lucir otra imagen”, que no está establecida, esperada por la sociedad, lo cual llama la atención, resulta ser un objeto de burla, de asombro, de segregación, de aislamiento, de exclusión.
Por otra parte un trato de forma positiva pero dañina a la vez ; esto resulta la sobreprotección a la cual se les somete; lo que entraña lástima, poca confianza en sus posibilidades y los segrega y aparta del mundo y la vida cotidiana como seres humanos.
En esta sociedad actual, se sobrevalora la apariencia y belleza física; el obeso es visto como aquello a lo que se tiene miedo y no se quiere llegar a ser. Las personas obesas sufren constantemente la humillación y la discriminación de una sociedad, que no esta adaptada para ellos, que les teme y los rechaza.
Podemos decir que la obesidad es una enfermedad que necesita tratamiento, no se puede excluir al obeso hasta que tome la decisión de recuperar su salud.
Las personas tienden a pensar “que esta así por que quiere”, “no tiene voluntad” o “no quiere adelgazar”. Se ve al obeso como alguien carente de voluntad y compromiso, un prejuicio incierto. Muchos empleadores toman estos y otros argumentos para rechazarlos. Pero la obesidad no afecta la capacidad intelectual.
La discriminación no solo se ve en el rechazo de los demás. La persona obesa se siente excluida, cuando tiene que vestirse, viajar en transportes públicos o ir a lugares públicos.
Los obesos se ven obligados a comprar sus ropas en tiendas especiales, aprecios muy por encima de lo normal, y es casi imposible que consigan ropa de marca en talle para ellos.
A la hora de viajar en transporte, muchas personas evitan sentarse al lado de ellos y al no existir asientos especialmente para personas obesas, algunas empresas los obligan a pagar por dos boletos.
Ahora si podemos decir que la obesidad es una enfermedad y no una falta de carácter o voluntad; sin embargo desde mi punto de vista, la sociedad tiene que aceptar a las personas excedidas de peso, y brindarles las mismas posibilidades que al resto de las personas.

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